domingo, 28 de octubre de 2012

Il Circo della mia vita.

Mucho he caminado a lo largo de mi vida y esto me ha servido para saber aprender de mis errores (y de mis aciertos...)
Día a día comprendí que comenzaba a romper el cascarón alguien totalmente diferente.

No fui una niñata y mucho menos lo soy ahora.

Caminaba buscando un circo en el que aprender a hacer malabares con todo lo que se presentara en mi vida.
Pero pese a los intentos, todo acabó por derrumbarse, y pasé de ser aprendiz de malabarista a fiera enjaulada sin opción de defenderse.
Las actuaciones eran cada vez más duras. Mi pasión hacía que el domador usara su látigo sin compasión para mermar mi espíritu, pero al ver que no podía con él, actuación tras actuación, su mirada me advertía de que, a pesar de su cansancio, no cesarían los latigazos.
Y entonces con cada golpe seco, mi espalda tornaba a endurecerse. Comencé a encajar los golpes, y aunque el cuero del látigo se hundía más allá de mi piel, mi espalda estaba tan acostumbrada que ya a penas se percataba del dolor.
En aquellos momentos faltaba el pan, y también sobraba el hambre. Los barrotes de mi jaula me aprisionaban y notaba cómo cada día, me costaba un poco más respirar, a pesar de que no había falta de oxígeno.

Ni la música de cada espectáculo amansaba a esta particular fiera, y como castigo, el domador me hacía bailar en el fango delante de aquel público que parecía disfrutar con aquel espectáculo dantesco.
Pero, un día, lo que llevaba amordazado en mi corazón y que no quería salir explotó, y el domador quedó en el suelo, ahogado en su propia sangre, que también goteaba de mi boca mientras el público enloquecía, pero no comprendían que mi intención no era hacerles daño, sino acabar con ese ente opresor que me mataba por dentro. Aquel domador que anulaba todos mis instintos.

Poco después fundé mi propio circo y me convertí en funambulista. Caminaba con una venda en los ojos por el límite de la fantasía, hasta que caí, pero cometí el gran error de no fijar la red.
La recuperación fue lenta y dolorosa, pero aquella caída me hizo más fuerte de lo que el domador no podría haber conseguido jamás.

Las lágrimas no brotaban, ya no quedaban lágrimas que derramar...Mis ojos estaban absortos en un mar saturado de sal, y tenía que buscar como fuera algo en lo que me encontrara por completo para salir de allí.
Pero entonces, de repente, miré hacia arriba y allí vi los columpios. El riesgo me atraía tanto como se atraen dos polos opuestos, y mi escondido corazón de fiera bombeaba tan rápido que casi se salía de la caja torácica. Mis fuegos internos se avivaron y mis ojos representaban al mismísimo infierno.

Antes de nada, me aseguro de fijar la red.

En este momento estoy subiendo por las escaleras y me asusta, (pero debo confesar que a veces soy un poco masoquista y parece que a veces me gusta pasarlo mal.).
Así que continuo. Escalón tras escalón, latido tras latido, respiración cada vez más acelerada, me tiemblan las manos. Estoy nerviosa.

El chupa-chups que llevo entre mis labios se resbala, cae hacia abajo y consigue que no sólo mis manos tiemblen. Miro hacia abajo y el vértigo hace mella en mis sentidos.
Pero me hago la fuerte y sigo subiendo. He llegado a mi destino. Miro hacia el frente, y al otro lado de la carpa encuentro el 2º mástil, al que debo llegar saltando de un columpio a otro. Cojo el primer columpio, lo agarro con las manos, fuertemente. Me da terror saltar.

Debo seguir a mi corazón, debo seguir a mi cabeza, debo seguirme a mí, debería seguir tantas cosas que la confusión me afecta como hacía tiempo que no lo hacía...

Ni siquiera sé si saltaré o permaneceré tan inmóvil como lo estoy ahora...

martes, 23 de octubre de 2012

Quédate.

Mi coraza acaba de derrumbarse, así, sin más. Sin esfuerzo alguno ha conseguido colarse dentro de este banal ser. De esta falsa creencia de alma alquilada al mejor postor. Ha revivido una sonrisa oxidada, un recuerdo enclaustrado en la desesperanza...

Me aferraba a mis armas, esas que tú has fundido, ésas inútiles armas que no podían hacer nada contra tu presencia. Armas que sólo eran producto del miedo que tú has conseguido derrotar por mí. No corres, no huyes. Permaneces a mi lado, sin miedo. Protegiendo mi corazón como en su día lo hizo la coraza que tú misma derrocaste.

lunes, 22 de octubre de 2012

Bel.

Ahí estás. Tan lejos y a la vez tan cerca. Escondida tras tu fragilidad, me transportas a lugares recónditos. Lugares donde me quedaría dormida eternamente, dormitando, acurrucada en tu cuello. La dulzura de tus labios me llama mientras camino como un funambulista entre tu pelo, que se mueve dulcemente con la brisa otoñal que lo mece. 
Te siento. Te siento cerca, te siento aquí, en el pecho. A la izquierda, justo en el centro. No sé cómo, pero...casi sin darme cuenta, has hecho que esta máquina que sólo se limitaba a hacer ruido, se convierta en un ser enérgico e imbatible, que late a un compás invencible. Sí, invencible, como tú.
Este tango de autodestrucción y besos de un fatal recuerdo se acaba AQUÍ.

jueves, 18 de octubre de 2012

Mírala

Mírala. Está dormida encima de ti. Notas su respiración en tu pecho y no te importa nada más a tu alrededor. El frescor de la hierba que os acoge te transporta hacia la delicadeza de su cuello, tan suave y delicado...Sientes los latidos de su corazón, y te llega el perfume de su pelo, que roza tu cuello y te hace estremecer como si se tratase de una brisa sutil con sabor a primavera.

Se mueve y se abraza aún más a ti. Tu pecho se encoge. La sientes. Sientes su cálida respiración en tu cuello, y te hace sentir frágil. Su respiración tiene el poder de hacer caer las corazas de tu corazón a su antojo, como si de plastilina se tratara y eso debería ser peligroso, pero...ahora mismo su pecho te ampara. Te sientes segura cuando sus sueños te pertenecen, cuando su pretensión más inocente se fija en ti y te hace sentir invencible. Su fragilidad te hace sentir fuerte y a la vez frágil, como en una continua lucha entre el bien y el mal...como una batalla campal por dos corazones extrapolados que quieren mantenerse unidos. Mírala, sigue ahí, abrazada a ti, sin miedo.

martes, 16 de octubre de 2012

Somos.

Entramos en la conciencia de la locura y no nos gusta el color. Nos han bañado con agua fría y nos han hecho herederos de algo que no queremos.
Nos han tratado como mercancía. Han golpeado nuestras mañanas con los garrotes de la sinrazón. Como perros tristes hemos caminado entre chabolas de desesperación, buscando desorientados un atisbo de esperanza que han tenido enterrado en cámaras acorazadas bajo sus ciegos deseos de poder.
Pero el miedo ha desaparecido. Nuestras cuerdas vocales han despertado de su letargo y se han levantado.

Somos la generación de un cambio climático radical, somos la generación de un beso empapado en petróleo. Herederos del día destruido. Somos la generación de crisis nucleares, la generación que anda por el mundo sin centro de gravedad, pero...
Somos y seremos la generación que se levante, somos y seremos la generación que invente vacunas contra el despotismo, somos y seremos la generación que romperá el próximo escalón. Fabricaremos antibióticos contra la corrupción, daremos baños de lucidez y esperanza, besos de sinceridad, abrazos de apoyo, pues todos somos uno.

Somos La Generación.

Aún duerme.

Rodeadas de un paisaje extenso, comparable al mismísimo Edén o a aquel paraíso nebuloso de la Antigua Grecia en el que los dioses del Olimpo iban y venían sin descanso alegrándose con los carnales placeres que los mortales les entregaban...Ella...aún duerme.
Las coloridas flores que abrigan nuestros cuerpos desnudos no merman las ganas de adentrarme en la búsqueda de esa ansiada flor que todo aventurero ansió conseguir.
Me despierto, mi cabeza está acomodada en su pecho desnudo. Ambas respiramos a la vez...Ella aún duerme, yo...mantengo los ojos cerrados sintiendo su corazón, que aletargado, late adormilado en su pecho.
De pronto una de sus manos sube por mi espalda lentamente, lo cual consigue que corra por toda mi piel un escalofrío intenso, ella aún duerme.
Sin saberlo, asoma a sus labios una sonrisa, y así se despiertan mis deseos de besarla. Mis labios se acercan a los suyos, lentamente, hasta notar su cálido aliento en mis labios, pero ella aún duerme...

De pronto, su dulce sueño se ve alterado por una débil brisa que mueve su larga melena oscura, pero ella aún duerme...Sus dulces caricias se hacen notables en mi pálida y frágil piel, que se estremece como si un cubito de hielo paseara lentamente entre sus poros.
Abre sus ojos, oscuros y misteriosos que me transportan a un mundo fantástico y desconocido...

No ha salido una sola palabra de su boca cuando sus labios ya están unidos a los míos.
De repente todo se mueve con un compás más lento...Las flores tornan a colores más vivos y el sol brilla sutilmente tras las esponjosas nubes que le ocultan caricias desconocidas para él... Mi inocencia se desdibuja con cada caricia de sus manos, de sus labios, de su cuerpo...Y así poco a poco conseguía que mi sentido común se difuminara con la facilidad que se borraba el lápiz del papel...
Sus besos recorren mi cuerpo, el débil roce de su pelo en mi pecho consigue que alce la mirada al cielo deshaciéndome cual madera entregada al fuego, mientras sus manos pintan con suaves notas el contorno de mi cuerpo que, estremeciéndose de placer, hace suyo sin contemplación.
Y me besa, besa cada milímetro de mi piel, alentando a que esa frágil mariposa, extasiada por sus besos, abra sus alas y comience su dulce y ágil vuelo por el límite de la lujuria, que se encuentra escondido en sus cálidos labios, que se contagian de ese mágico vuelo en el que mi sentido común se pierde...

Y así se funden los límites que separan su cuerpo y el mío, formando un solo ser entregado al éxtasis y el placer.

lunes, 15 de octubre de 2012

Esperanzado me abrazo a una fantasía distorsionada para saciar tu soledad, consiguiendo dar vida a mis miedos y tornándome otra sombra más
                                                                                 45K Y0UR53LF

domingo, 14 de octubre de 2012

Inocencia.

Mira a tu alrededor. ¿Qué ves? Hipotecas, gente que vive en la calle, niños que no van al colegio, familias desahuciadas, delincuencia, pobreza, robos, asesinatos, violaciones...Te vas a casa, casi llorando, al borde de un ataque de ansiedad, pensando que no puedes hacer nada para cambiar todo lo que te rodea. Pones la televisión y sólo ves guerras de oro y sangre. Pero hay algo que cambia tu perspectiva.

Se oye desde el salón, es una respiración leve que acaba con un llanto voraz por llamar tu atención. Te acercas y ahí está. Tan pequeño, tan frágil. Lo llevas a tus brazos y te mira asombrado, como si te viese por primera vez. Te sonríe, y te hace sonreír.

Míralo, es la inocencia pura, esa inocencia que te hace sonreír, ésa inocencia que perdiste, esa inocencia que debes recuperar para sonreírle al mundo cada vez que sales a la calle.


sábado, 13 de octubre de 2012

Delirios Psicodélicos

Huye. No soporta el dolor de sentirla distante y huye. Se esconde tras su debilidad y se siente morir.
El masoquismo aprieta su corazón, que late voraz y acelerado en un impulso delirante.
Intenta escapar, huir de las zarpas del masoquismo emocional que la domina...pero hasta su mismísimo corazón la traiciona...Su mismísimo corazón se pierde en delirios psicodélicos de un amor autodestructivo, entregándose a una lucha cobarde por unos besos que nunca le han pertenecido.


viernes, 12 de octubre de 2012

Jugamos a ser dos gatos que no se quieren dormir.
El masoquismo emocional del ser humano es mucho más infinito que su estupidez.

Ventanas.

Camina lentamente
hacia adelante,
mirando atrás.

Avanza un par de pasos

y retrocede uno más. 
Suspira recordando.
Nada va a cambiar.

Incondicional. 
Se corta con las ventanas.
Ventanas que rompe,
ventanas donde se esconde.

miércoles, 10 de octubre de 2012

Néctar

Me embriago del dulce néctar que se encuentra entre las dos columnas que definen su cuerpo mientras su mirada se pierde en el infinito del techo celeste que nos contempla. Casi sin percatarme, sus dos columnas se aferran a mi pálida espalda, que se curva al compás de su agitada respiración. Sus cálidas manos acarician mi pelo cuando mis húmedos labios se pierden entre su desnudez.
Y así, en el misterioso silencio que nuestra respiración calla, me percato de que a ella le sobra el valor que la falta a mis noches.

Sus besos se mezclan con mi cuerpo, tan despacio y a la vez tan intenso como el rugir de las olas en la noche...Los muros se levantan desnudos, sus manos se abren paso entre los pliegues de mi piel, encaminándose hacia los lugares más recónditos de mi cuerpo al paso que mi voz entre-cortada se encuentra con su boca, que se dirige a morder lujuriosamente las montañas de mis instintos más salvajes, consiguiendo así que el deseo de mis ojos quiera ver más allá de sus misteriosas gafas de sol...

sábado, 6 de octubre de 2012

Sueños utópicos.

Lucía una mañana radiante y ella estaba sentada al borde de la cama. Miraba a nada pensando en nada, sintiendo nada. Y entonces pasó. Un escalofrío recorrió su espalda y comprendió que todo era un sueño. Pero hay algo que no comprendía. Su debilidad recorría sus venas, su piel se erizaba, y no encontraba un porqué a su sonrisa tímida. Miraba a su alrededor, intentando transcribir los retazos de un recuerdo oxidado. Transformando sus recuerdos en meros sueños utópicos. Acariciando cada línea del vinilo que suena en su cabeza.

jueves, 4 de octubre de 2012