jueves, 16 de junio de 2016

Silencio.

Con la primera hostia asomaron lágrimas y una palabra de perdón.
Con la segunda un “Lo siento, te amo, no volverá a ocurrir”.
Con la tercera un ramo de flores precioso.
Con la cuarta, una borrachera y dos noches durmiendo fuera.
Con la quinta, tres costillas rotas.
Con la sexta, la mandíbula destrozada.
Con la séptima la primera denuncia.
Después la orden de alejamiento,
el acoso,
la segunda denuncia.

Silencio.

La sala de autopsias.
El cementerio.





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