miércoles, 19 de agosto de 2015

No me da la gana.

No me da la gana callarme
cuando os puede la agonía del vacío
que tratáis de llenar intentando reducir
a escombros
los cimientos de alguien;
no me da la gana aguantar
la egolatría de unas mentes
destinadas al desastre.

No me da la gana recalcar mis posiciones
como en pleno campo de batalla;
no me da la gana tener que soportar
los cuentos de bufones
con historias insanas.

No soporto a los que
juegan a ser sastres
de otras vidas
sin haberse tejido antes;
no aguanto la exaltación
de un dolor que no existe
de la toxicidad que te
define,
del eufemismo que te invade.

No me da la gana participar en tu juego
de ser la víctima de tu propio miedo;
no me da la gana callarme la osadía de recordarte que tu vida es un desastre y
hasta el vacío sin ti
se siente lleno.

1 comentario:

  1. Hay que apartarnos de las personas que son contaminantes, por eso mismo yo no quiero ser una más. Si la gente calla yo callaré. Es un trato justo. De todos modos me ha gustado mucho tu poema.

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