Su sonrisa
(me)
da miedo.
Había conseguido
difuminar
los momentos
sostenidos
hasta hacer de ellos
un lugar
para el olvido.
Había logrado
suprimir mis miedos,
como se derrite el acero,
(con la temperatura
de sus labios).
Me había abrazado
sin tenerme,
me había mirado
sin mirarme.
Me ha sonreído,
enamorándome.
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