Cuando estoy afónica,
sin voz
mis ojos se declaran
en guerra con tus besos.
Y buscan una excusa perfecta
para lucharte.
Yo, que nunca creí en guerras,
vivo gracias a la idea
de tener una batalla cada día
con tus labios.
Y te miro,
y ya no eres musa,
sino arte.
Eres pluma, temple.
Valor, poesía y estandarte.
Amor incondicional
particular campo de combate.
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