viernes, 31 de enero de 2014

'Benijo' nunca sonó tan triste.

Tengo a Andrés de fondo
y 'Benijo' nunca sonó tan triste.
Por aquello de que a veces
el cuerpo te pide algo de tristeza
cuando llevas
demasiado tiempo llorando
sólo de alegría.

El problema viene
cuando hay un sitio de sobra
en mi cama
y es ella quien se tumba
a mi lado, y no tú.

A la tristeza no le gustan los niños,
¿te lo puedes creer?
Qué sabrá la tristeza de alegría
si nunca te vio reír,
ni sintió un escalofrío
al coger tu mano izquierda por primera vez.

Ni siquiera le gusta el chocolate
con naranja,
y yo que pensaba
que era el mejor sustitutivo.

Tampoco le gusta pasear de la mano;
prefiere anudarse en mi cuello
y apretar con fuerza, asfixiándome.

Y hoy casi no puedo respirar
porque

no
estás,
y te echo de menos
como si nunca te hubieras dejado acariciar.

Me he permitido la licencia
de decirle que se largue,
que no quiero saber nada de ella,
que sólo la quiero en las películas,
el teatro o algún poema.

Que deje sitio a la esperanza.
Que a ella sí le tengo reservado un hueco
en mi vida.

Justo entre

y
yo.

A 127 días de haber empezado una historia con un futuro incierto.

lunes, 27 de enero de 2014

A golpe de poesía.

Permíteme decirte a golpe de poesía
que no hay noche ni día
en que mis manos no te busquen.

Que no hay tormenta ni deriva,
que no hay infierno ni lascivia
si tu lengua no conduce.

Que me he pasado la vida
buscando tu sonrisa
sin saber que la buscaba.

Que he caído rendida
a cada gramo de saliva
que me dabas.

Permíteme decirte a golpe de poesía
que he caminado perdida
buscando una luz al final del túnel.

Que me he encontrado con tu vida
y he comprendido que la salida
era tu voz en medio de la urbe.

viernes, 24 de enero de 2014

Hacerte Amor.

Riégame el corazón
que mis sueños tienen frío
si no despiertan a tu lado, amor.

Calma mi sed con tu sexo tenue,
con la avidez de un búho
que vigila la noche
mientras duermes.

Fusióname con tu suave pecho, amor.
Que no encuentro
metáfora que pueda definirte
sin nombrarte.

Hacerte y serte única como el monzón, que llega y arrasa destruyéndolo todo, reconstruyendo cada cimiento.

Y hacerte Amor.

Como de una flecha la punta,
como la hierba y la hoz.
Como la piedra y el tirachinas
como mi boca y tu temblor.

Indispensable.

domingo, 5 de enero de 2014

Al hijo que un día tendré.

Al hijo que un día tendré.

Buenos días, pequeño.
¿Qué tal has dormido? Por tu carita seguro que bien.

Te preguntarás quién soy. Bien, me presentaré:
Soy Mamá. Tu otra Mami está dormida, aquí, a mi lado.

¿Sabes?
Tendrás la sonrisa de tu madre. La misma sonrisa que me enamoró el día en que la vi por primera vez.

Tendrás sus ganas de vivir y descubrir. Serás tan trasto como lo era yo, y tan dormilón como ella.

Querido Dante, tu mamá te acogerá en su regazo y te hará invencible, como hizo conmigo.
No habrá nadie que te haga daño y tu sonrisa iluminará toda la habitación.
Grabaremos tus primeros pasos, lloraremos de felicidad con tu primera palabra, y tu Mami y yo discutiremos por cuál de las dos dirás "Mamá", (eso si no haces como yo, y dices "sandía", pero ya te contaré esa historia).

Te haré peinados con espuma cuando te bañe, te vestiré de Super Mario y llenaremos nuestro hogar con tus fotos.

Te leeré cuentos cada noche hasta que caigas rendido, y tendrás grandes aventuras en sueños, (aunque más de una vez nos lo quitarás, pequeñajo).
Te dejaré pintar las paredes y no pondremos límites a tu imaginación.

Tu primer día de guardería será más difícil para nosotras que para ti, porque tú te enamorarás de los colores y de la pintura de dedos, dejando volar tu creatividad cada día, y tu madre y yo nos miraremos, felices, porque te irás haciendo mayor.

Pequeño, crecerás, y deberás enfrentarte a nuevos retos. El primer amor, el primer suspenso, el primer profesor al que llames "cabrón", (pero de esto no le digas nada a Mamá, que no le gustará que digas tacos).

He de decirte que prometí a tu mamá que nunca querría a nadie más que a ella, pero he faltado a mi promesa desde antes de tenerte en nuestros brazos.

Y te aseguro que serás feliz, y que no habrá nadie en el mundo que te quiera más que tu mamá y yo.

Te espero con ansia, pequeño Dante.
Nos veremos llegado el momento.

                                              Mamá.

(Y no hagas ruido, que Mami sigue durmiendo, aquí, a mi lado).

sábado, 4 de enero de 2014

Mi campo de batalla está en tus labios.

Cuando estoy afónica,
sin voz
mis ojos se declaran
en guerra con tus besos.
Y buscan una excusa perfecta
para lucharte.

Yo, que nunca creí en guerras,
vivo gracias a la idea
de tener una batalla cada día
con tus labios.

Y te miro,
y ya no eres musa,
sino arte.

Eres pluma, temple.
Valor, poesía y estandarte.
Amor incondicional
particular campo de combate.