Me duele el carmín
que tiene ganas de tu cuerpo.
Te debo un beso
en la nariz,
y un te quiero en el festín
que supone saborear tu sexo.
He perdido en tu matiz
el brillo de mis ojos
a punto de llorar.
Te debo un abrazo en pleno abril,
un mapa en tu espalda,
un 'Quédate más'.
Es la deuda número mil,
es la caricia al despertar
cuando te miro sorprendida,
porque aún sigues allí.
Y no tienes intención de irte.
En un verso libre
son septiembre y marzo.
Como un beso en un andén
somos agosto en verano.
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