Me he perdido
en el París de tus ojos
y me he encontrado
en el color de tu pelo.
He sucumbido
a tu voz,
que ha hecho
de mi corazón
un refugio
para tu invierno.
He excavado
en trampas de hielo,
buscando un suspiro
conciliador.
Y me he encontrado
acurrucada
susurrando mil sonetos
a tu olor.
Qué bonito, jo.
ResponderEliminarH.